lunes, 16 de junio de 2014
LAS EMOCIONES
Las emociones son reacciones psicofisiológicas
que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del individuo cuando
percibe un objeto, persona, lugar, suceso, o recuerdo importante.
Psicológicamente,
las emociones alteran la atención,
hacen subir de rango ciertas conductas guía de
respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria.
Fisiológicamente, las
emociones organizan rápidamente las respuestas de distintos sistemas
biológicos, incluidas las expresiones
faciales, los músculos,
la voz,
la actividad del
SNA y la del sistema
endocrino, a fin de establecer un medio interno óptimo para el
comportamiento más efectivo.
Conductualmente,
las emociones sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro
entorno, y nos impulsan hacia ciertas personas, objetos, acciones, ideas y nos
alejan de otros.
Las emociones actúan también como depósito de influencias
innatas y aprendidas, y poseen ciertas características invariables y otras que
muestran cierta variación entre individuos, grupos y culturas (Levenson, 1994).
Las emociones las experimentamos cada día pasamos de una a
otra y en un día podemos sentir varias emociones.
Las mas frecuentes son el miedo, la tristeza, la ira, la
alegría, la ansiedad, la confianza, el amor, la sorpresa, la envidia… etc
En unas emociones nos podemos sentir más o menos cómodos.
Sentimos las emociones desde que somos bebés. Los bebés y
los niños pequeños reaccionan ante sus emociones con expresiones faciales o con
acciones como reírse, dar un abrazo, o llorar. Sienten y muestran emociones,
pero aún no tienen la capacidad de darle un nombre a la emoción o decir por qué
se sienten de esa manera.
A medida que
crecemos, nos volvemos más hábiles al entender las emociones. En lugar de
reaccionar como reaccionan los niños, podemos identificar lo que sentimos y
ponerlo en palabras. Con el tiempo y la práctica, nos volvemos mejores para
descifrar lo que sentimos y por qué. Esta habilidad se llama conciencia
emocional.
La conciencia emocional nos ayuda a develar lo que
necesitamos y queremos (o no queremos). Nos ayuda a construir mejores
relaciones. Ésto se debe a que el ser conscientes de nuestras emociones nos
ayuda a hablar claramente sobre nuestros sentimientos, evitar o resolver mejor
los conflictos y superar los sentimientos difíciles con mayor facilidad.
Mi hijo Álvaro |
A mi me hace gracia como mi hijo Álvaro de tres años de edad
empieza a identificarlas. Cuando no le das lo que quiere me dice "Papi toy
fadado", y le cambia la cara, saca el morro, frunce el entrecejo y cruza los
brazos, pero lo que más me alucina es como puede pasar de un enfado a unas
risas en segundos, solo haciéndole con los dedos la hormiguita que va subiendo
por su pierna y cuando esta muy enfadado ,se da la vuelta para no ver como le
hago la hormiguita con los dedos, porque sabe que atender a eso le da la risa.
Esto me hace reflexionar y si el puede cambiar tan pronto
¿porque nosotros no lo podemos hacer de la misma manera? es cuestión de hacer
foco a otra cosa, cuando sentimos una emoción que nos molesta o nos sentimos
incomodo con ella podemos atender a otra cosa para salir de esa emoción como mi
hijo lo hace.
Aunque la intensidad
de una emoción puede depender de la situación y de la persona.
Seguiré profundizando más sobre las emociones en otros
artículos.
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